Fin del mundo


Otro año ha pasado. Otras estaciones se dieron lugar en las orillas de la isla. Los vientos alisios y las corrientes tropicales han atravesado a cada uno de los habitantes. Como es costumbre en estas tierras, se habilita un buzón para que todos los interesados nos hagan llegar su reseña del año que pasó: lo bueno y lo malo, lo que será recordado y aquello que se espera no repetir.
Tras un recuento exhaustivo, los resultados arrojados fueron los siguientes

MEJOR PELICULA: T2: Transpotting (TriStar Pictures)
MEJOR SERIE DE TELEVISION: The Sinner (Netflix)
MEJOR DISCO: The Night Flight Orchestra «Amber Galactic» (Nuclear Blast)
MEJOR VIDEO MUSICAL: Björk «The Gate»
MEJOR SHOW EN VIVO: Rancid en el Teatro Flores (Argentina)
MEJOR LECTURA: “Hacia rutas salvajes» de Jon Krakauer.
MEJOR MOMENTO DEL BLOG/FAN PAGE: El crecimiento de la sección «The Truth of the Milanga», que ganó adeptos publicación tras publicación. Comentarios enriquecedores, consultas y mucha buena energía por parte de los lectores convirtieron esta sección en la “vedette” del Blog.
MEJORES TEXTOS: Decir adiós o decir todo de nuevo / Ganarle al tiempo.
  • LO MEJOR: Los tiempos para escribir y los momentos donde los escritos se materializan de una sola vez. Los kilómetros recorridos en busca de crónicas musicales.
  • LO PEOR: Los cambios sociales, políticos y económicos vividos en América Latina, todos en pos de reformas que benefician a los sectores acaudalados, diseccionando, marginando y enemistando a aquellos que deberían unirse para combatir dichas medidas.                                Y el año de luto para la música con los fallecimientos de Malcolm Young (Guitarrista rítmico y fundador de AC/DC); Chris Cornell (Cantante y compositor de Soundgarden, Audioslave, Etc.) y Chuck Berry.

 La idea de que Macondo Blues sea una isla “itinerante” sigue más vigente que nunca. Difícilmente localizable, gobernada popularmente de manera cooperativista, luchadora incansable por la diversidad de opinión como estandarte. Esa idea, que fue motor en el inicio del blog y lo sigue siendo aún hoy, es lo que permite la constancia y dedicación en sostener un espacio que no busca el rédito económico ni la propaganda para que alguien actúe de una determinada manera. Todo lo contrario: el “norte” siempre ha sido apelar al disenso y al pensamiento crítico de todos nuestros lectores, que se sientan libres de dar su parecer y de tomar sus propias decisiones.
Desde ya agradecemos a todos y a cada uno de los que esperan cada martes y miércoles para leer los textos publicados, a quienes apoyan con sus palabras para que esta rueda siga girando, a quienes comentan en reuniones de amigos algún dato leído en el blog, a los que piensan distinto, a los que se suman a diario tanto a los que se “retiran”, ya que todo esto es útil para direccionar la brújula cuando estamos a la deriva.
Las “Sesiones en vivo”, las “Críticas (de)constructivas”, los “Binomios del arte”, los “Truth of the Milanga”, así como también los redactores y editores, enviamos un fuerte abrazo a todos los habitantes de Macondo Blues y nos despedimos hasta el año próximo, esperando transformar algo de esto que llamamos vida.
Y recuerden: Macondo Blues no es un lugar, es un estado de ánimo.

RODRIGO CARDOZO Y MATIAS SOSA
-Delegados electos de Macondo Blues-




Los ojos


Prefiero ver con los ojos cerrados.
Joseph Albers
Vivir es fácil, con los ojos cerrados.
The Beatles

Como portales de la percepción, son la ventana de escape para todo lo invisible a ellos.
La respiración entrecortada y la tormenta en calma.
El parpadeo que espera un dueño y el aliento tibio listo a partir;
también la caricia del alma que desnuda los pensamientos más profundos,
incluso aquellos que ni sabemos.
El temor a abrirlos y dejar escapar esa luz vital que baña a todo lo que toca; 
y el fervor a cerrarlos cuando ya vimos más de lo suficiente.
El equilibrio en el torrente de imágenes que ven en mis ojos,
y la catarata de historias que veo en los otros.
La paz y la guerra; el amor y el desamor; lo bueno y lo malo.
Lo que podemos y lo que no.
La ilusión de mirar otros ojos y así aprender a dar luz;
pero en realidad perdido en ellos y sin vuelta atrás.
Pero si de mirarse se trata,
si de tocarse con la mirada como dos cuerpos desenfocados,
si hablar con las pupilas pudiéramos,
de seguro ya hubiéramos cedido ante la tentación de observar y ver,
y así sin más cerraríamos los ojos hasta vernos nuevamente.
Encontrar esos ojos en la oscuridad,
perderlos en la eternidad,
y dormir con ellos hasta que no quede más nada.


M.S

Pez en Teatro Vorterix, Presentación oficial de "Pelea al Horror" - 11/11/2017


Recordar así los días poderosos, donde todo puede pasar
Pez

¿Cómo describir lo vivido la noche del 11 de noviembre en lo que fue la presentación oficial del decimoctavo disco de Pez “Pelea al horror”?
Tal y cual como ocurrió: como un conjunto de sensaciones repletas de sentimiento y subjetividades, de recuerdos y reflexión.
¿Qué es Pez? ¿Una banda? ¿Un concepto? ¿Un estado de ánimo?
Todo eso y aun más. Pez es Pez.

Pez es musicalidad.
Pez es creatividad.
Pez es más que la suma de las partes.
Pez es un motor  bien aceitado y a punto.
Pez es listas de temas variadas.
Pez es planificada improvisación.
Pez es zap(p)ada.
Pez es sincronía.
Pez es Franco.
Pez es Fósforo.
Pez es Ravioli.
Pez es Ariel.
Pez es toda la gente que disfruta de la música bien tocada.
Pez es unión.
Pez es identidad.
Pez es “todos componemos”.
Pez es sonar bien en todos lados.
Pez es oficio.
Pez es métrica irregular.
Pez es palo y a la bolsa.
Pez es inyectarle vida a viejos clásicos.
Pez en atemporalidad.
Pez en vorágine.
Pez es artesanía.
Pez es clásico y moderno.
Pez es bancar la posición.
Pez es denuncia.
Pez es potencia.
Pez es armonía.
Pez es fusión.
Pez es Espíritu inquieto
Pez es rock.


Pero ¿Y la reseña?
2 hrs 15 de show. Más de 30 temas. Disco nuevo tocado en su totalidad. Show en dos actos con intervalo vieja escuela. Segmento desenchufado autóctono. Covers acertadísimos. Sonido descomunal. Lleno total.
Todo muy lindo.
Que no se corte.

Viva Pez.

Matias Sosa


Binomios del arte (VII): Cuando Alice conoció a Dalí



A principios de abril de 1973, una mezcla de ideas se produjo en la ciudad de Nueva York. En el transcurso de dos semanas, el máximo exponente del «shock rock» Alice Cooper (nacido Vincent Damon Fournier) y el rey surrealista Salvador Dalí, comieron juntos, bebieron juntos y disfrutaron de la personalidad singular de cada uno. Este último hizo una sugerencia, una especie de epifanía, que fue algo del orden de «Me gustaría convertirte en una obra de arte. Su nombre será "Primer Cromo-Holograma Cilíndrico Retrato del Cerebro de Alice Cooper”». El surrealista le entregó a Cooper una escultura de su cerebro, esculpida en yeso (o algo), con un eclair de chocolate corriendo por el medio y un hervidero de hormigas arrastrándose por todas partes. El pintor dijo: «Esta es la versión de Dalí del cerebro de Alice Cooper», a lo que Cooper respondió: «Wow, nunca pensé que alguna vez conseguiría esto.» Y así fue cómo el primer holograma 3-D fue forjado.
La obra de arte cuenta con Cooper, y su cerebro cubierto de hormigas, mordiendo la cabeza de la Venus De Milo, junto a una ornamenta de diamantes con un valor aproximado de dos millones de dólares.
En la actualidad el Holograma se encuentra exhibido en el museo Dalí de España. 
Dalí-Fournier, Fournier-Dalí: dos emblemas que hicieron de la provocación un arte y del arte una forma de vida. Demasiada energía para un encuentro, que no podría haber ocurrido en otra década más que en los convulsionados 70´s.

Binomios del arte (VI), Hoy: El día en que Nixon y Armstrong traficaron drogas.


“La mayoría de los fumadores de marihuana son negros, músicos de jazz y artistas. Su música satánica es conducida por la marihuana, y el consumo de marihuana por parte de mujeres blancas les hace querer tener relaciones sexuales con negros, artistas y otros. Es una droga que causa locura, criminalidad y muerte. Es la droga que más violencia ha causado en la historia de la humanidad”.

Esta frase se le atribuye a Harry J. Anslinger, comisionado del Departamento de Narcóticos del gobierno de EE.UU. durante los años ‘30. Anslinger fue el principal impulsor de políticas restrictivas en materia de drogas y uno de los grandes rostros del prohibicionismo en el mundo.
 Si bien en un principio no se mostraba contrario al consumo de marihuana, cambió su discurso al ser nombrado comisionado. A partir de ahí, Anslinger se colgó de las primeras olas de inmigrantes mexicanos para asociar el consumo de drogas a la criminalidad y las minorías raciales. Fue entonces que la planta comenzó a ser conocida como marihuana -como la llamaban los mexicanos-, y no como cannabis, como se la conocía en Estados Unidos. Con este nuevo rótulo, y con declaraciones del tipo “la marihuana hace pensar a los negritos que son tan buenos como el hombre blanco”, Anslinger hizo una fuerte propaganda cargada de connotaciones racistas y poco fundada en evidencia empírica.
 Aunque Anslinger sí tenía un poco de razón en la relación de la marihuana y el jazz. Como bien lo sabía el trompetista Louis Armstrong, fumar porros era una práctica habitual entre los músicos de jazz entre los años ’20 y ’40. El cannabis les ayudaba a calmar la ansiedad y a desinhibirse, aumentando el feeling entre músicos y facilitando la improvisación tanto en los conciertos como en las sesiones que llevaban a cabo en sus casas.
Por culpa de este “hábito”, en 1930 Armstrong fue arrestado, tras ser sorprendido fumando marihuana en las afueras del Cotton Club, en Culver City, California, poco antes de subir a tocar. Él y su baterista Vic Berton pasaron 9 días en el calabozo, pero finalmente fueron liberados con una sentencia suspendida de 6 meses. Para su fortuna, los detectives que los arrestaron eran fanáticos de su música y les ayudaron a salir indemnes de la difícil situación..
 Sin embargo, quizás la más sabrosa anécdota de Armstrong con los “porros” ocurrió en 1953 cuando, tras una gira por Asia, se encontró en un aeropuerto con el entonces vicepresidente Richard Nixon. Al percatarse de que Satchmo venía llegando de una gira internacional, Nixon tomó sus maletas y le hizo pasar por la vía preferencial de diplomáticos y autoridades, saltándose las aduanas.
 Lo que Nixon no sabía era que Armstrong llevaba más de un kilo de marihuana en su equipaje, por lo que, más que un acto de cortesía, lo que hizo fue introducir involuntariamente droga de contrabando a los Estados Unidos.
Más allá de la reputación política del ex-presidente, éste siempre se caracterizó por ser de aquellas personas conocidas por estar siempre en el lugar y en el momento (in)adecuado. 
Tócala de nuevo, Richard.

M.S

El pueblo del "haga lo que se le antoje"


La libertad tiene un precio. De ello son testigos los vecinos de la pequeña localidad estadounidense de Von Ormy, ahora casi en la ruina, sin sistema de alcantarillado central, gobernada con normas propias y con un departamento de policía no reglamentado y desprovisto de medios.
Durante los últimos años, Von Ormy ha padecido de manera constante problemas básicos de gobernanza a raíz de que su alcalde decidiera no depender del Gobierno central y tomar las riendas de la ciudadQué forma de gobierno municipal adoptar o cómo pagar por los servicios públicos fueron las principales interrogantes que se plantearon desde aquel momento.
A lo largo de todo el proceso, tres miembros del Consejo Municipal fueron arrestados por violar la Ley de Reuniones Abiertas, que exige celebrar en público las reuniones de organismos públicos, y el cuerpo de bomberos se hundió por falta de fondos. Casi todos en la ciudad tienen una clara opinión sobre quién tiene la culpa. Es posible afirmar que la visión del fundador de la ciudad, el abogado libertario Art Martínez de Vara, corresponde a la de un completo insensato.
En 2006, temiendo la anexión por la rápida expansión de la capital del condado, San Antonio, algunos en Von Ormy propusieron incorporarse a la gran ciudad. Pero en la Texas rural, reacia al Gobierno central, decidieron tomarse la situación de manera extrema. Las áreas no incorporadas a San Antonio cuentan con una menor cantidad de impuestos y ventajas fiscales respecto a la capital. Estaba claro que la anexión a la gran metrópolis supondría adoptar nuevas ordenanzas, elecciones y tediosas reuniones del consejo de la ciudad. San Antonio, con sus impuestos y regulaciones, era demasiado para los habitantes de Von Ormy.
Von Ormy, al no formar parte de San Antonio, cuenta con un ambiente favorable para las empresas, lo que debía atraer nueva actividad económica. El alcalde De Vara prometió a sus habitantes que haría de la anticuada Von Ormy la mejor ciudad de todo EE.UU. Se podría fumar en los bares, andar de noche de manera segura, abrir negocios sin apenas permisos, etc.
Sin embargo, lo que resultó de todas esas promesas fue una confusa serie de reuniones boicoteadas por miembros del gobierno local, conspiraciones para llegar al poder, desacuerdos entre concejales y, finalmente, una audiencia ilegal no autorizada por el gobierno que mandó a tres mujeres a la cárcel.
Hoy Von Ormy es una ciudad donde los perros callejeros vagan a sus anchas por las calles, las patrullas policiales de otras ciudades se encargan de la seguridad y cuyo ayuntamiento se encuentra en una tienda de campaña. La evidencia esta a la vista y es más que claro que algo no ha salido como se esperaba. Infinitas preguntas se abren para el debate, pero quizás la más urgente es pensar muchas veces querer no es poder y que los ideales pueden transformarse en solo buenas intenciones.

M.S


Sesiones en vivo (XVIII), Hoy: Airbourne y La Naranja, Teatro Flores 02-09-2017


                                               PH: Sebas Michia Fotografia / https://www.facebook.com/SebasMichiaFotografia

Muchas veces no terminamos de conocernos a nosotros mismos. A medida que pasan los años comenzamos a creer que nada nos puede sorprender y buscamos sin descanso aquellas cosas que rompan el molde y nos devuelvan esa capacidad olvidada de maravillarnos como chicos.
En ocasiones, perdemos mucho tiempo en quimeras y búsquedas interminables, para terminar recurriendo a ese recurso efectivo que siempre estuvo allí esperándonos y listo para curar los males que nos aquejan.
El primer recital de los australianos Airbourne en suelo argentino resultó ser esa dosis tan necesaria y efectiva de clasicismo que los presentes necesitaban para entender de qué va ese estado mental que denominamos «rock and roll».
En un recinto bastante lleno pese a tratarse de un grupo relativamente nuevo y con poca rotación en medios masivos, las personas que se acercaron al Teatro lo hicieron debido a la bien ganada reputación de la banda en directo y a las influencias que defienden con uñas y dientes, quizás por mantener vivo el legado de grandes bandas coetáneas como Ac/Dc, Rose Tattoo y The Angels.
Pasadas las 20 hrs. La Naranja se encargó de dar inicio a la velada. El quinteto –con Boff Serafine a cargo de una de las guitarras- cumplió con creces el cometido de agitar a la audiencia. Sonaron compactos y muchos de los presentes corearon cada una de las canciones, logrando un adecuado ida y vuelta. El buen sonido y el manejo de las luces terminaron por redondear un set ajustado y con momentos muy intensos. Se despidieron con una versión de “Que sea rock” de Riff y dejaron al público ansioso por degustar el plato principal.
A las 21:30 puntual, los Airbourne salieron a escena y los primeros acordes de «Ready to rock» comenzaron a sonar a un volumen bestial y con una nitidez a la que no nos tiene acostumbrado el recinto de Flores. Lamentablemente, algunos desperfectos técnicos en el micrófono de Joel O´Keeffe interfirieron con uno de los mejores momentos de comenzar un show de rock. Pese a esto, el público cantó a viva voz el riff de la canción demostrando un total apoyo a la banda, minimizando el imprevisto.

Cambio de micrófono mediante, no hubo concesiones para desplegar todo el poderío del cuarteto en vivo. Pese a las referencias obligadas en su música, cuentan con un arsenal de buenas canciones, efectivísimas y con una intensidad envidiable para los tiempos que corren. Saben reunir, mixturar y reelaborar un cóctel con lo mejor de esa música que torna imposible no moverse o asentir con la cabeza como signo de aprobación. Pasaron gemas como «Too much, too Young, too fast», una impecable «Down on you», «Breakin´outta hell», «Rivalry», una brutal «Grils in black» donde O´Keeffe coreó, arengó y hasta abrió una lata de cerveza a cabezazos para delirio de los presentes. La recta final tuvo perlas como «Live it up» y una devastadora version de «Runnin Wild» con un medley que incluyó extractos de «Paranoid» de Black Sabbath y «Dirty deed done dirt cheap» de AC/DC. 11 temas y nada más necesitó Airbourne para dejar a la audiencia totalmente complacida y a la espera de una nueva visita en breve.

Grandes guitarras, grandes coros, una batería marchosa y demoledora, más el agregado de la garganta privilegiada de O´Keeffe, lograron elevar la temperatura del escenario a niveles legendarios. Y es justamente ahí donde reside su poderío: en devolvernos noventa minutos en los  que te das cuenta que todo el tiempo estuviste con una sonrisa en el rostro, haciendo gestos de aprobación con amigos o desconocidos y rememorando esas tardes donde nos maravillábamos con aquellos discos clásicos que fueron nuestros faros en momentos de desorientación y soledad. Eso es Airbourne. Sin pretensiones más que pasar un buen rato, olvidarte de todo y agradecer que todavía existe esa maravillosa música llamada Rock n´roll.

MATIAS SOSA

Nanocuentos (III)


ENCUENTRO

La bocina suena de forma insistente como un rumor lejano; la colisión es inminente. Preparo mi cuerpo para soportar el impacto, los ojos cerrados, los puños apretados y los dientes rechinando forman una mueca amarga hasta que mi propio grito me despierta.

PALABRAS

Una palabra a la vez es una secuencia temporal. Adjetivos, verbos, sustantivos y conectores; comas, puntos y mayúsculas. Sin duda una fórmula interesante si tuvieran una idea en donde basarse.

ÉTICA

Las decisiones muchas veces no tienen vuelta atrás. Justo como ahora que me debato entre la cercanía del suelo y el borde de aquél acantilado donde segundos antes me pregunté lo mismo.


Matias Sosa

Sesiones en vivo (XVII), Hoy: Stuka y 114 Errores en Fede Bar, Santa Teresita/ 19-08-2017



Si bien la historia es harto conocida, los orígenes del punk rock, en especial el inglés, tuvieron su piedra fundacional en los comienzos del denominado «Pub-Rock», movimiento que de la mano de grandes bandas como Dr. Feelgood y The Stranglers cimentó toda la revolución que vendría años más tarde, invisibilizando a aquellos y dejándolos fuera del foco de la fama. 
Ahora bien, quizá se pregunten el por qué realizar una introducción de este tenor para hacer una reseña de un show… Simple, porque hablar del Sr. Gustavo Fossá (AKA Stuka) es hablar de toda esa historia; la injustamente segregada y la explosión masiva unidas, filtradas por el tamiz tan particular de una de las personas que mejor entendió el eclecticismo y la música como un crisol de influencias que se conectan y modifican, pero sin dejar de representar a la totalidad que la define. 
Con su segunda visita a las ciudades de la costa argentina en menos de dos años –esta vez presentando a su nueva banda-, el quinteto formado por Fernando Bonanno en guitarra y voz, Ded en bajo, Damián Luke en batería, Fer Carlini en saxo y el propio Stuka en voz y guitarra marca registrada, representa una propuesta muy interesante para apreciar en los tiempos que corren.
114 Errores
La velada dio arranque pasadas las 00.00 hrs. con los locales 114 Errores quienes, como siempre, se despacharon con un set ajustado y con mucha fuerza. Además de las paradas obligadas de su repertorio, presentaron dos temas nuevos -«Momentos luces» y «El olivo»-, avances que dejaron en claro que sin duda en poco tiempo tendremos en nuestras manos un material que va a dar que hablar. Temas de ayer y de hoy, cantados con el sentimiento y el empuje de siempre, acompañados por los coros de su público que festeja día a día los progresos de la banda. 
El tándem Stuka/Carlini a pleno.

                       





Minutos más tarde, Stuka y sus secuaces subieron a las tablas para hacer lo que mejor saben: dar un concierto de rock, sin divismos ni concesiones. Pusieron primera con una jam con mucho groove de «Siempre es lo mismo, nena» del gran Pappo Napolitano. No dejaron de lado temas históricos como «Bombas a Londres», «Sólo una agresión» y «Aburrido, divertido», pero reversionando los mismos con una lectura impecable que combinó el british reggae más fino con toques de ska y el rock más furibundo. Hubo lugar para temas nuevos, entre los que se destacó «Los unos y los otros» y para una avalancha de covers totalmente incendiarios como «Rock and roll star» de Oasis, «Runaway boys» de Stray Cats, «The Killing moon» de Echo & the Bunnymen y «Bitch» de The Rolling Stones, con zapadas y contrapuntos geniales entre guitarra líder y saxo. Es para destacar la incorporación de Fer Carlini como saxofonista estable de la formación, ya que no solo entiende a la perfección como potenciar una canción con su instrumento sino que además logra que la banda se mueva en diferentes estilos que, como dijimos antes, fueron influencia directa del punk rock (beat, rock and roll, rockabilly, rhythm and blues, etc.) y que los hace desplegar un sonido «clásico» totalmente irresistible. 
Tras una hora de show se despidieron con una extended version de «Nada ni nadie nos puede doblegar» donde Stuka mostró con orgullo su chapa de guitar hero sacándole fuego a su instrumento. No obstante, la canción se vio opacada por la intromisión de un “fanático” que confundió la arenga con la torpeza etílica y se tornó molesto en varios momentos del show. 


Un verdadero placer para el equipo de Macondo Blues el haber presenciado un recital tan interesante y plagado de buenos momentos de uno de los mejores guitarristas que dio la escena musical argentina; un prócer punk con muchas batallas ganadas pero que todavía tiene una gran resto para ofrecer y un sonido patentado que debería ser enseñado a las nuevas generaciones para comprender de qué va todo este rollo del rock and roll.

Matías Sosa

Nanocuentos (II)

Cada día es una vida.
Horacio

NOVELA

El ritmo frenético de la pluma y el susurro de las letras sobre el papel le dieron la certeza de que lo escrito tenía un sentido. Las ideas brotaban lúcidas y sin respiro. Supo, al detenerse, que ese capítulo estaba terminado.
Lo único que se escuchó después fue el disparo que apagó su vida.

ACCIÓN Y REACCIÓN

El aire se cortaba con un cuchillo y el silencio se apoderó de la situación. Se escrutaron tensamente intentando leer el próximo movimiento y la ansiedad se multiplicaba con cada segundo que pasaba. Acto seguido, se besaron.


M.S

El último obsequio


Finalmente, el día había llegado. Se revolvió en la cama y abrió sus ojos con una ansiedad inusitada. Pensó en voz alta: «días como hoy se dan una sola vez en la vida». No prepararon nada especial para aquella noche, salvo una abundante cantidad de comida como intentando suplir otras carencias. Aquello no le importó en absoluto. Tampoco se vistió de manera especial: una remera blanca, una camisa azul y un pantalón haciendo juego.
Al llegar el primer invitado, se incorporó de inmediato, saludándolo discretamente pero con disimulado interés. Sonrió vagamente y esperó que su interlocutor rompiera el hielo. Casi sin respiro, el recién llegado preguntó:
- ¿Estás seguro de querer esto?- dijo rascándose la cabeza. ¿No sería mejor algo un poco más elaborado?- 
-No, respondió secamente. –Me parece lo más apropiado- agregó. Además prefiero algo que me sea útil y pueda usarlo más adelante.
Con un gesto de desconcierto, el invitado interrogó nuevamente:
-¿Lo mismo de siempre?-
-Sí, como siempre. No hace falta cambiarle nada.
Resignado, se encogió de hombros y se acomodó para empezar el relato. 

“Hubo una vez, un joven príncipe que, sentado a la vera de un río en la afueras de su comarca, meditaba sobre su futuro. No podía sentir más que incertidumbre ya que todo su reino se veía diezmado por las fuerzas opositoras, quienes amenazaban constantemente la prosperidad y tranquilidad de sus habitantes. Su padre, el rey, se encontraba postrado en cama muy grave debido al paso de los años y a una horrenda tuberculosis que lo castigaba hacía casi dos meses. La reina, había perecido por la misma enfermedad un tiempo antes sin poder despedirse de su hijo, hecho que marcó al apuesto príncipe de forma inimaginable. Desde ese momento, toda decisión importante recaía sobre sus hombros, al igual que dos arcas llenas de plomo.
Nuestro príncipe se encontraba, además de resignado, muy afligido por el presente inestable que le tocaba vivir, pero aún conservaba aquella fuerza interior y ese fuego en la mirada que todo joven guarda en sus entrañas. Invadido por recuerdos y sensaciones de experiencias inconclusas, dejó caer una gruesa lágrima que se hundió rápidamente en las vivas aguas del río. 
A punto de quebrarse en un llanto desconsolado e impotente, vio acercarse a un viejo mendigo que entonaba con voz aguardentosa una vieja tonada de los juglares, levemente irreconocible por su dicción no lega. 
A pesar de creer no haber sido visto por el mendigo, nuestro príncipe se sorprendió al verlo sentado junto a él, lavándose las manos llenas de sabañones. El príncipe, conmocionado por la falta de educación del mendigo, le dijo:
-¿Cómo osas sentarte al lado de tu majestad sin pedir permiso de plática? –preguntó duramente.
- No creo que seas dueño también de las aguas que dividen tu reino con el de Federico VII-, respondió el mendigo burlonamente.
-No, pero espero ser tratado con respeto tanto en mí reino como en cualquiera que ose visitar- profirió altaneramente.
-No tengo dudas de eso, pero al veros en esta situación tan comprometida pensé en que os interesaría que le aclare, aunque sea un poco, sus tormentos.
-No me llame a la risa, insensato- gritó burlonamente el príncipe. Si de alguien necesito consejo es de la providencia, y no de un octogenario decrépito.
-¿Y acaso crees que la providencia os salvará de vuestro irremediable futuro y de vuestro estéril desenlace?- replicó el anciano.
-Ya lo creo. ¿Quién sino? –dijo vehemente.

El anciano mostró un gesto de resignación al mismo tiempo que buscaba en su viejo morral una hoja y una carbonilla. Sin pausa, anotó unas palabras en una hoja amarillenta. Doblo el papel a la mitad y se lo entregó al príncipe. Rápidamente, se incorporó y de dos zancadas se alejó de su lado vociferando irónicamente: -ahí tienes la respuesta de la providencia, mi estimado príncipe, ahí tienes la respuesta de la providencia...
Ofendido, el príncipe se dispuso a tirar el papel pero sintió incertidumbre acerca de su contenido. Lentamente, abrió el papel y pudo leer una frase escrita con muy fina caligrafía:

“Un príncipe no es príncipe por voluntad divina, sino por que sus padres hicieron el amor divinamente”.

El príncipe, absorto ante lo que veían sus ojos, quedó atónito mirando el correr del agua. Pensó en lo que había vivido, en lo que le faltaba por vivir, en las cosas que hizo y en las que nunca haría. Finalmente, y a pesar del dolor que sentía, sonrió satisfecho. No sólo aceptó su finitud en términos terrenales sino que, además, comprendió que la Providencia no podría cambiar nada de lo que había hecho durante su corta pero intensa vida.”

-Gracias- dijo. Es el mejor regalo que me podrían haber hecho.
-De nada- respondió el carcelero.

Las luces se encendieron y la puerta se abrió. Las esposas puestas y la custodia preparada. Un paso tras otro marcaban el largo camino que debía seguir para llegar a la camilla que oficiaría de escena del crimen y lecho de muerte a la vez.
Una inyección calmaría su dolor de la misma forma que él apagó la vida de aquellas víctimas inocentes. Sin embargo algo los unía: la Providencia nunca es justa para nadie.

M.S

(Des)esperar

Todo lo puede esperar el hombre mientras vive.
Séneca

¿Qué esperamos?
¿Qué nos den una palmada en el hombro y nos digan «gracias por todo»?
La espera es siempre pasiva, sinónimo de paciencia y de comprender toda sin importar lo que nos ocurra. Aprendemos a esperar cuando nacemos con la inmediatez como premisa; y no hay un solo día donde no reclamemos ese derecho biológico de satisfacernos sin demora.
Nos dicen tres horas o tres meses, la mueca de nuestra cara cambia y comienza a adaptarse a eso que, justamente, no esperamos. Esperar nos templa, nos cocina a fuego lento y en ocasiones nos consume. Viéndolo así, la vida misma es la eterna espera de la muerte; esa pena que, irónicamente, no esperamos y pedimos se retrase.
Esperamos la oportunidad. Un oxímoron con excepción a la regla.
“Es-pero” refiere a algo que es y no es al mismo tiempo; una suerte de realidad con condiciones, un «casi», una clausula de algo a cambio de nuestro bien más preciado y de alcance limitado: el tiempo.
Entonces ¿qué esperamos? ¿Tiempo? ¿Esperar sin desesperar con la esperanza intacta? 
Ni por asomo. Que sea el tiempo el que, por una vez, nos espere.

Sesiones en vivo (XVI), Hoy:Pulpo Negro, Against, Hemisferia, Criptodonte y Fase Beta. Teatro 5 Sentidos, Mar del Plata 22-07-2017


Las hordas descienden provenientes de ultramar 
Arrasan con la aldea, olvidada en los confines.

Pulpo Negro «Hordas»


Y no perder la voluntad de ser lo que debías ser.
Y no escapar a la verdad de ver lo que debías ver.

Against «Caníbal»

No es novedad que el Teatro 5 Sentidos de la ciudad de Mar del Plata ocupa, a paso constante, su cartelera con variedad de shows. Lo diferente radica en que muchos de sus espectáculos reúnen a las mejores bandas de la música pesada argentina. A esta altura del partido resulta obsoleto calificar una escena musical como «under» o «comercial» ya que, en ninguno de los dos casos, hay garantía de nada. La calidad y la camaradería no dependen de la escena, dependen de las bandas y el compromiso con el que respaldan su propuesta.
La velada del 22 de julio reunió algunas de las cosas por las cuales los seres humanos se enamoran de la música, en especial aquella tocada en vivo y en directo.  La organización de Fierro Under entiende a la perfección lo que implica brindar el marco para un espectáculo de calidad: un recinto limpio y cómodo, con buena acústica, puntualidad inglesa y un puñado de músicos que tocaron a puro sentimiento, dejando bien en claro que el rock pesado no forma parte del pasado, sino que se encuentra en muy buen estado de salud.
Fase Beta
La noche dio inicio de la mano de los locales de Fase Beta, un quinteto a dos voces –una melódica y otra gutural, ambas con igual presencia- muy bien combinadas que intercalaban variedad de estilos en una misma canción, con resultados muy interesantes. Pese a algunos desajustes de sonido, aprobaron holgadamente la prueba de ser el acto de apertura. Minutos después, la gente de Criptodonte subió a las tablas para dar rienda suelta a su stoner rock rutero y grasiento, con bandas como Red Fang y Fu Manchu como influencia principal. El cuarteto mejoró el sonido del recinto, se despidieron aplaudidos y dejaron a la gente con ganas de más.
Criptodonte
Hemisferia
No fue mucha la espera para que Hemisferia se adueñe del escenario y la noche se tiñera de un color cada vez más intenso. Quinteto con tres guitarras, kilos de wah-wah, distorsión y mucha oscuridad  forman el menú de la banda: una mixtura de Doom, con agregados de rock nacional de los 60 y una psicodelia bien entendida comenzaron a movilizar a los presentes para recibir a los pesos pesados de la noche.
Against: una aplanadora.

Hablar de la calidad de Against a esta altura de las circunstancias es casi una redundancia. El cuarteto tiene todo lo que una banda de metal necesita: fuerza, calidad interpretativa, dos vocalistas infernales, melodía y descontrol en su justa medida, y un puñado de canciones certeras. Por todo esto tienen más que merecido su pase al Wacken Open Air y sin dudas dejarán magistralmente representada a Argentina en el festival de música pesada más importante del planeta. Tienen dos discos imponentes y un futuro promisorio que vale la pena seguir de cerca.
Pasadas las 23:30 hs, los ya casi locales Pulpo Negro fueron los encargados de cerrar la noche. En su tercera visita a la ciudad, volvieron a ratificar por qué son unas de las mejores bandas de la escena para disfrutar en vivo. Toneladas de actitud, onda por doquier y un arsenal de canciones fulminantes, el quinteto no se cansa de agitar los cuellos de los presentes.
Pulpo Negro: Garantía de confianza al servicio del metal.
Presentaron oficialmente y en su totalidad su placa debut “El Arte de Matar”, dándose el lujo de interpretar «Demonios» a tres guitarras gracias a la participación de Hernán Chave de Hemisferia como invitado. Sumaron dos covers: «Peregrino Negro» de Valle del Diablo (en bajo acompañó Fertallica de dicha banda debido a la ausencia con previo aviso de Sebastián «Vitel» Persec) y una arrolladora versión de «Lifer» de Down con Juan Ignacio Orcajada de la banda Sobre Tus Cenizas como vocalista invitado. Mención aparte para este caballero –que había subido previamente a interpretar una canción junto a Against- por ser poseedor de una voz envidiable y de un estilo que lo posiciona, sin lugar a dudas, entre los mejores cantantes de la música pesada argentina. Se despidieron con «Hordas» aplaudidos y contentos.
Max Jones de Pulpo negro
Da gusto ver cómo se divierten en el escenario y esa energía contagia hasta el espectador más escéptico.
Cinco bandas, cinco géneros, y muchas personas celebrando un encuentro musical hecho con calidad y muy buena escuela. Siguiendo la opinión de este humilde servidor, la próxima vez que lean alguno de estos nombres tocando cerca de tu ciudad no dudes en acercarte a conocerlos.
Tengan por seguro que no se arrepentirán.


M.S

Nanocuentos (I)


He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.
Blaise Pascal.

Carpe diem

Nunca le tuve miedo a la muerte.
Cuando vi mi cuerpo desplomado con la mano sobre el pecho y una mueca de de dolor, me di cuenta lo equivocado que estaba.

Vacío

Despierto sintiendo el roce de su pelo contra mi espalda y el calor de su presencia en mi cama.
Irónico contraste con los barrotes de mi celda y del pabellón con sus luces mortecinas.


Hasta luego

Se acostaron, se besaron y se prometieron amor eterno. El cerró los ojos hasta la mañana siguiente; ella los cerró para siempre.

Figura

La imagen que me devuelve el espejo es parecida a mí, pero no igual. Al intentar tocar la superficie el reflejo sonríe burlonamente. Permanezco un largo rato viendo los rasgos que resarce la ventana de la habitación hasta que la voz de la enfermera me convoca para ingerir la última medicación del día.

M.S

Etiquetas

Los estereotipos son verdades cansadas.
George Steiner

Nombres para nacer, roles para aprender.
Ideas que formar, emociones que sentir.
Tiempos para esperar, etapas para vivir.
Esperanzas que romper, sueños que abandonar.
Proyectos que concretar, expectativas que cumplir.
Besos que asignar, amores que sufrir.
Cuerpos que tocar, caricias que ofrecer.
Distancias que recorrer, destinos que trazar.
Historias que ocultar, verdades que reprimir.
Paradojas que establecer, certezas que sortear.
Vidas para morir, muerte para vivir.
Recuerdos que borrar, amores que mantener.
Las etiquetas preparadas… ¿Por dónde empiezo?


M.S

Microrrelatos (IV): Interruptor

No maldigas las tinieblas, enciende una vela
(Anónimo)

Sentía que en algún lado debía estar. Era cuestión de tiempo para que la encuentre. Comienzo palpando mis brazos y mi pecho casi instintivamente, inspecciono los pliegues esperando encontrar alguna pista de su ubicación. Continúo con las piernas, las manos; doblo mis brazos de forma imposible para rastrear la espalda, incluso hasta los lugares donde alcanzo con gran esfuerzo. No hay señal de dónde pueda esconderse.
Toco mis bolsillos como por acto reflejo y comienzo a impacientarme. Mis manos van al cuello y lo recorren por cada centímetro. Busco detrás de mis orejas y hurgo en mi pelo sin éxito. Por último, mi mano se dirige temerosamente hacia la nuca temiendo encontrar allí el interruptor que detiene mis pensamientos. Allí está: una tecla protuberante que marca el encendido y apagado de mi mente.
La paradoja se presenta al saber que sin él jamás podría cuestionarme la remota posibilidad de escribir esto.


M.S

La última danza




Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música 

Aldous Huxley

El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla.

Robert browning

La música comienza donde acaba el lenguaje.

Ernest Theodor Amadeus Hoffmann


No había sido el vino ni tampoco el cigarrillo, cualquiera hubiera sido su origen existente. Menos aún la cena, por cierto, exquisita y regada de luces mortecinas. El aire estaba viciado y lleno de rumores. Las frases eran inconclusas, errantes, pero sagaces hasta el tuétano. Un suave tintineo se apoyó en mis oídos y flirteó mi nuca haciendo un sensual recorrido, al mismo tiempo que mis manos se relajaban y contraían al compás de lo que intuí pasaría. De repente un golpe, tosco, primitivo y visceral pero a la vez compasivo y doloroso. 
Luego otro y otro más.
Cerré los ojos casi por acto reflejo, temiendo que una fuerza sobrenatural me levantara y arrojara por los aires en un sólo movimiento. Me forcé para abrir un párpado sabiendo de antemano que mi percepción se encontraba embriagada, pero al notar una quietud solemne caí en la cuenta que lo que acontecería podría ser aún peor. Mucho peor.
Un mar de sonidos me abrazó haciéndome encoger y pese a mi lucha encarnizada solo logré caer de espaldas, a modo de rendición, esperando la estocada final que me dejaría ardiendo en agonía y, más tarde, frío como una piedra.
Recordé no estar solo, convencido que los que me rodeaban deberían estar experimentando sensaciones similares. Sin duda lo estaban.
Ahora, justo ahora, nuestros sentidos se confunden, la percepción se nubla y la razón se empaña, recordándonos que en un principio todos fuimos iguales: hombres y mujeres de cerebro arcaico que comprenden su entorno por sensaciones, sin el vicio que otorgan las palabras.
Pero el sonido y la imagen se fundieron formando un universo sin sentido; un mundo donde no rige la entropía sino el más absoluto y excitante caos, donde los sonidos arremeten nuevamente surcando estelas en el aire, dibujando a su vez líneas exóticas con el humo proveniente de nuestros cuerpos. Un colchón armónico envuelve el recinto disparando flechas a nuestros recuerdos más vívidos haciéndolos resurgir y precipitando emociones dispersas e intensas: amor, odio, dolor, alegría y tristeza. Todas ellas básicas, pero siempre efectivas. Mi corazón se agita en un in-crescendo bestial separando el alma de mi cuerpo, ambos contenidos a su vez por un aura de golpes, armonías, gritos, ruidos indescifrables, latidos. Ya nos sentimos parte de la música y del ritual, aunque éste no pertenezca a ningún credo o tribu exótica. A lo sumo, cada uno es partícipe de creer (o no) en lo que ella dicta.
Nosotros, extenuados y aterrados, pero también relajados y gozosos. Ella, inexorable y potente, pero a la vez delicada y etérea. Y así, la danza sigue: golpes, ruido, melodía, suspiros, chirridos, risas, alaridos, más golpes: infinidad de ellos. Lágrimas, sudor, frío, calor, ruido, armonía, tambores, cantos, voces, delirio, éxtasis, belleza, sensualidad, alaridos, caos, creación y desastre.
Y de pronto, silencio.

M.S

(Dedicado a la maravillosa experiencia de escuchar, sentir y vivir aquello que llamamos música)

Sesiones en vivo (XV) Hoy: Mil Tormentas y Demonosis en Casa Rincón -Ciclo Misa del Caos- 10/06/2017

 (FOTOS: CASA RINCÓN)

Con noche de luna llena y en medio de un viaje relámpago nos dimos cita para presenciar el show de uno de los secretos mejor guardados de la escena de rock pesado argentina.

Con puntualidad inglesa y en horario matinée (una excepción que debería volverse norma) la velada dio inicio alrededor de las 21 hs con la gente de Demonosis, un quinteto con variadas influencias, las cuales combinan con mucha soltura. Recordando por momentos a los norteamericanos Neurosis, dejaron tras de sí un puñado de temas largos, atmósferas en cantidad y unos cuantos riffs de precisión quirúrgica que prepararon a la gente lista para degustar el plato principal de la noche.
Demonosis
Minutos después, Mil Tormentas tomó lugar sobre las tablas para agitar las cabezas de los presentes al ritmo de su particular mixtura de estilos. Dosis de stoner y de metal, tintes Sabbathianos y carisma por doquier son la pilares de su arte. La música del grupo fluye como un mantra y prepara el terreno para que la voz de Max Jones proyecte imágenes apocalípticas y postales de distopía a raudales mientras que la guitarra de Germán Tomei dispara riffs contundentes sin descanso. Un setlist con canciones de ayer y de hoy («Noches de Arabia», «Divide y vencerás»), más el agregado de dos temas nuevos (en el que se destacó la demoledora «Licántropo») que dejaron entrever cuál es el horizonte que la banda persigue para el futuro: cambios de ritmo continuos, climas y texturas novedosas que amplían el espectro sonoro del grupo. 
No es casual que la banda haya estado en el concurso para representar a Argentina en el festival internacional Wacken Open Air, ya que poseen lo necesario para ser referentes de la escena sludge nacional. Afortunadamente, no se encasillan en un género determinado, lo cual diversifica la propuesta: pueden resultar muy stoner para el metal y muy metal para el stoner, dependiendo lo que solicite el trip de cada canción. Pueden reencarnar a gusto y piacere en una versión cáustica de los Héroes del Silencio o en una faceta rockera/desértica al mejor estilo Kyuss, con sólo un cambio de ritmo.

Tras completar casi una hora de show, se despidieron a toda máquina de la mano de «Mil Tormentas» y «Trueno Rugiente», un tema que con su velocidad invita a enloquecerse por un rato y deja en claro lo bien que le sienta a la banda este tipo de variantes.
Día tras día, la regla de oro se sigue cumpliendo a rajatabla: fuera del circuito comercial, agazapados entre las sombras, se encuentran las mejores bandas y la música más genuina que puedan encontrar. Depende de ustedes salir a su búsqueda y conocer su poder.
Avisados quedan.

M.S


Tentación



La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.

Oscar Wilde

Se levantó sobresaltado. Eran las 9:45 A.M pero tenía la sensación de haber dormido una eternidad. Todavía aturdido, escuchaba el suave repiqueteo de la ducha golpeando sobre los azulejos y los breves cambios de intensidad productos del cuerpo esbelto de la mujer con que minutos antes había compartido uno de sus mejores orgasmos. Un clímax como el que había experimentado recientemente no se concibe todos los días: sensaciones de agitación, desenfreno y liberación uniéndose y potenciándose; y esa suerte de efecto hipnótico en la humanidad de quien lo comparte, que estremece el alma recordándonos lo bueno y dichoso de vivir.
Se sentía satisfecho y completo. Lo invadía una dulce fragilidad en sus extremidades y una sensación de liviandad se propagaba por su cuerpo. Definitivamente, éste no era como los miles de orgasmos que había experimentado desde su pubertad. Hubo de todo: fugaces, inoportunos, interminables, innecesarios, fisiológicos y amorosos, pero nunca uno de ese tenor, con este dejo de liberación. Al mismo tiempo que rememoraba algunos de ellos, se figuró el agua caliente cayendo por el cuerpo de aquella afrodita que le había regalado ese instante que no podría olvidar ni en un millón de años. Imaginarse el vapor, el aire viciado, y esa extraña sensación de encierro lo excitaron de inmediato.
Casi sin pensarlo, decidió interrumpir aquella ducha tan placentera para experimentar el que sería otro momento placentero. O incluso más aún. 
Tanteó el suelo del costado de la cama y observó de reojo la hora: eran las 11:35. Confundido, no recordaba haberse dormido nuevamente. Descartó también que el reloj se hubiera descompuesto, puesto que el mismo atrasaría o simplemente se quedaría tieso pero nunca adelantaría la hora. Además, la ducha había estado corriendo y nítidamente había escuchado un cuerpo mojarse y suspirar bajo el agua. Se incorporó y buscó un pantalón. 
A cada paso que daba, se sentía más liviano y descansado. La sensación lo reconfortaba.
Aunque no lo había notado, se podía escuchar una música suave que provenía del piso de abajo. La melodía era un tanto melancólica y le dio un escozor en el medio de la espalda. Decidió ignorarla.
Una vez en el baño, se observó en el espejo empañado por el vapor pero no pudo reconocerse. Debía estar desaliñado y con la barba crecida.
Los pocos metros que lo separaban de la cortina de la bañera sirvieron de preámbulo para generarle ideas libidinosas en su cabeza: la imaginaba mojada y fresca, aromatizada con ese jabón de miel que sólo usaba en ocasiones especiales.

-¿Puedo? – preguntó.
No escuchó respuesta, pero podía verla contorsionándose debajo del agua. Tarareaba aquella canción que lo ponía melancólico y depresivo. Escucharla lo desmotivó un poco, pero era más fuerte la idea de acariciar su piel y poder sentir el calor que despedían sus poros dilatados.
Se aclaró la garganta ruidosamente para hacerse notar. No hubo respuesta.
Pensó que tal vez estaría enojada por algo, pero también le vino a la mente la idea de que los silencios de ella siempre habían sido señal de buen augurio.
Corrió lentamente la cortina y pudo verla en su totalidad. Se encontraba de espaldas y rebosante de vida.
Intentó abrazarla fuerte, como para poder contener la totalidad que estaba observando. Cerró los ojos y apretó los brazos. 
Nada. 
Parecía como si la estuviera atravesando; como si su cuerpo fuera una nube etérea que se confundía con el vapor del agua que corría.
Avanzó un paso más en la bañera pensando que quizás había sido víctima de una ilusión óptica fruto del aire viciado y la modorra matinal, pero se horrorizó al ver que ocurría lo mismo que antes. Uno, dos, y tres intentos más en vano.
Ella, por su parte, estrujó su cabello y cerró el grifo. Indiferente, corrió la cortina y posó sus pies sobre la alfombra blanca.
Él, impávido y aterrorizado se observaba completamente seco dentro de la ducha que hasta hacía unos segundos se encontraba abierta.
Fue un instante en el que se dio cuenta lo que realmente sucedía.
Recordó aquel crucero por el Sena, en Francia, donde conoció una bella mujer de mundo quién, entre anécdotas, le comentó que en ese país se conocía al orgasmo como «le petit mort», y él, sin saberlo, se figuró que lo que sintió horas atrás no había sido sólo una pequeña muerte. Lo que sí sabía era que, de ser así, definitivamente había valido la pena.

M.S

Los Andes “Obras cumbres” o la quimera hecha canción.

Todo amante de la música sabe con certeza lo difícil que es escribir una buena canción. Y cuando me refiero a ello no solo hablo de pe...