He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.
Blaise Pascal.
Carpe diem
Nunca le
tuve miedo a la muerte.
Cuando vi mi cuerpo desplomado con la mano sobre el pecho y una mueca de de dolor, me
di cuenta lo equivocado que estaba.
Vacío
Despierto
sintiendo el roce de su pelo contra mi espalda y el calor de su presencia en mi
cama.
Irónico
contraste con los barrotes de mi celda y del pabellón con sus luces mortecinas.
Hasta luego
Se
acostaron, se besaron y se prometieron amor eterno. El cerró los ojos hasta la
mañana siguiente; ella los cerró para siempre.
Figura
La imagen
que me devuelve el espejo es parecida a mí, pero no igual. Al intentar tocar la
superficie el reflejo sonríe burlonamente. Permanezco un largo rato viendo los
rasgos que resarce la ventana de la habitación hasta que la voz de la enfermera
me convoca para ingerir la última medicación del día.
M.S
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