Si bien la historia es harto conocida, los orígenes del punk rock, en especial el inglés, tuvieron su piedra fundacional en los comienzos del denominado «Pub-Rock», movimiento que de la mano de grandes bandas como Dr. Feelgood y The Stranglers cimentó toda la revolución que vendría años más tarde, invisibilizando a aquellos y dejándolos fuera del foco de la fama.
Ahora bien, quizá se pregunten el por qué realizar una introducción de este tenor para hacer una reseña de un show… Simple, porque hablar del Sr. Gustavo Fossá (AKA Stuka) es hablar de toda esa historia; la injustamente segregada y la explosión masiva unidas, filtradas por el tamiz tan particular de una de las personas que mejor entendió el eclecticismo y la música como un crisol de influencias que se conectan y modifican, pero sin dejar de representar a la totalidad que la define.
Con su segunda visita a las ciudades de la costa argentina en menos de dos años –esta vez presentando a su nueva banda-, el quinteto formado por Fernando Bonanno en guitarra y voz, Ded en bajo, Damián Luke en batería, Fer Carlini en saxo y el propio Stuka en voz y guitarra marca registrada, representa una propuesta muy interesante para apreciar en los tiempos que corren.
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114 Errores |
La velada dio arranque pasadas las 00.00 hrs. con los locales 114 Errores quienes, como siempre, se despacharon con un set ajustado y con mucha fuerza. Además de las paradas obligadas de su repertorio, presentaron dos temas nuevos -«Momentos luces» y «El olivo»-, avances que dejaron en claro que sin duda en poco tiempo tendremos en nuestras manos un material que va a dar que hablar. Temas de ayer y de hoy, cantados con el sentimiento y el empuje de siempre, acompañados por los coros de su público que festeja día a día los progresos de la banda.
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El tándem Stuka/Carlini a pleno. |
Minutos más tarde, Stuka y sus secuaces subieron a las tablas para hacer lo que mejor saben: dar un concierto de rock, sin divismos ni concesiones. Pusieron primera con una jam con mucho groove de «Siempre es lo mismo, nena» del gran Pappo Napolitano. No dejaron de lado temas históricos como «Bombas a Londres», «Sólo una agresión» y «Aburrido, divertido», pero reversionando los mismos con una lectura impecable que combinó el british reggae más fino con toques de ska y el rock más furibundo. Hubo lugar para temas nuevos, entre los que se destacó «Los unos y los otros» y para una avalancha de covers totalmente incendiarios como «Rock and roll star» de Oasis, «Runaway boys» de Stray Cats, «The Killing moon» de Echo & the Bunnymen y «Bitch» de The Rolling Stones, con zapadas y contrapuntos geniales entre guitarra líder y saxo. Es para destacar la incorporación de Fer Carlini como saxofonista estable de la formación, ya que no solo entiende a la perfección como potenciar una canción con su instrumento sino que además logra que la banda se mueva en diferentes estilos que, como dijimos antes, fueron influencia directa del punk rock (beat, rock and roll, rockabilly, rhythm and blues, etc.) y que los hace desplegar un sonido «clásico» totalmente irresistible.
Tras una hora de show se despidieron con una extended version de «Nada ni nadie nos puede doblegar» donde Stuka mostró con orgullo su chapa de guitar hero sacándole fuego a su instrumento. No obstante, la canción se vio opacada por la intromisión de un “fanático” que confundió la arenga con la torpeza etílica y se tornó molesto en varios momentos del show.
Un verdadero placer para el equipo de Macondo Blues el haber presenciado un recital tan interesante y plagado de buenos momentos de uno de los mejores guitarristas que dio la escena musical argentina; un prócer punk con muchas batallas ganadas pero que todavía tiene una gran resto para ofrecer y un sonido patentado que debería ser enseñado a las nuevas generaciones para comprender de qué va todo este rollo del rock and roll.
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