Sesiones en vivo (III), Hoy: Pulpo negro @Uniclub / 09-09-2016

Ph: Sebastián Mustaine Michía
                                        
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira que profirió tu espíritu!
Edgar Allan Poe –El cuervo-
 Oscuridad jadeante, la tensa quietud
Susurros en el viento, recorren la ciudad.
-Nómade- Pulpo negro

Hay momentos que deben ser vividos y no ser testigo auditivo de ellos. Son esos momentos donde la emoción gana por puntos a la razón tras un largo round de combate interno.
Algo parecido sucedió con la presentación de Pulpo Negro en Uniclub, una par de decisiones rápidas y a la ruta.  400 kilómetros nos separaban del predio donde se realizaría el show y apenas abandonada la ruta nos dirigimos al recinto para presenciar la prueba de sonido.
La atmosfera del lugar era particular: saludos, abrazos, nervios, arengas, sonrisas, y un largo etcétera de estados de ánimo. No es para menos, teniendo en cuenta la magnitud del evento que sin duda marca la huella de un gran paso en la carrera de una banda que pregona y defiende la autogestión.
Pasadas las 20:30 hs fue el turno de Cosmopeluza, quinteto que cuenta con una vocalista muy versátil y un puñado de buenas canciones que dieron forma a un set corto pero contundente. Dejaron contenta a la audiencia que aplaudió su propuesta. Tras un breve intervalo, los tres integrantes de Innerte se adueñaron de las tablas, dando rienda suelta a un sonido trabajado y brutal con constantes cambios de ritmo. Temas de su álbum debut y una intensidad sonora envidiable calentaron aún más a la creciente audiencia. Dejaron el escenario en llamas y a la gente a tope para recibir a la banda que coronaría la noche.
Minutos después de las 22, el telón se abrió y los primeros acordes de los Pulpo Negro sacudieron a los presentes. El sonido era perfecto, las luces alternaban y formaban el marco para que las canciones de su primer disco  “El arte de matar” alborotaran las gargantas de sus seguidores, que acompañaban agitando la cabeza y levantando sus bebidas en señal de aprobación.
Cuando una propuesta musical trae aparejados gestos cómplices, risas y emoción entre los integrantes, hace que esas vibraciones invisibles emanen hacia la audiencia. No es solamente la música lo que moviliza, no son sólo las liricas que arengan y te dejan pensando y evocando imágenes, no. Hay algo más que excede esos factores y generan la comunión que hermana arriba y abajo del escenario. Se pueden tener canciones excelentes y una imagen atrayente, de hecho muchas bandas lo tienen, pero hay factores que no se compran, específicamente uno: el carisma –gracia, atractivo, personalidad o simplemente eso que llamamos “onda”. En eso somos categóricos: se tiene o no se tiene. No se compra ni se alquila. Y definitivamente los Pulpo Negro la tienen.
Aprovecharon la ocasión para mostrar nuevas canciones –“El atlante”, “Resucitado”, “A quien el cielo quiere destruir“ y el todavía inédito pero muy coreado “El hijo de puta”-, que suman variantes novedosas en el futuro inmediato de la banda. Cada canción de “El arte de matar” marcó una impronta diferente: “Pantano” agitó a puro machaque, “Nómade” elevó el trance con su cadencia lenta y pesada, “Cosechando tormentas” amalgamó todo lo anterior y un poco más en sus casi ocho minutos de duración, “Demonios” explotó aún con más fuerza (si es eso posible) que en la versión de estudio, y “Hordas” dio el golpe de gracia con un mash up de “Orgasmatron” de los eternos Motörhead.  Una hora y minutos de show fueron suficientes para dejar en claro a todos los presente que Pulpo Negro ya no es una promesa. Están ahí: tómalos o déjalos, pero quedan todos avisados si deciden ignorarlos. Son la próxima gran banda pesada de las que muchos, en unos años, se llenarán la boca diciendo “yo los escucho desde siempre”. El tiempo es hoy, por eso conseguí, descargá o pedí para navidad su álbum debut. Vas a encontrar una banda fresca, con “ansia” y mucho, pero mucho empuje. Sin pretensiones ni dobles discursos: “The real deal”, dirían en los países del norte.
Pulpo negro, al rojo vivo. (Imagen: Matías Sosa)

En pleno barrio del Abasto, y en el medio del caos de la ciudad de Buenos Aires, los tentáculos de Pulpo Negro se desplegaron y aferraron a las almas de los presentes. No hubo escapatoria. Nosotros fuimos testigos y sobrevivimos para contarlo.
Bienvenidos sean al encanto del inframundo y su líder el Leviatán.

MATT A HARI

https://pulponegro.bandcamp.com/
@SebasMichiaFotografia/#

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