Sesiones en vivo (II), Hoy: Los Antiguos, Teatro 5 Sentidos (MDQ) / 03-09-2016


Me gusta todo lo que es antiguo: los viejos amigos, los viejos tiempos, los viejos modales, 
libros antiguos y viejos vinos.
Oliver Goldsmith
¿Cómo salgo de este infierno si lo hice a mi medida?
-Los antiguos, Hecho a mi medida-

Hace ya más de dos años escribía una reseña de “Simple”, la ópera prima de Los Antiguos. Llamarla "reseña" quizá suene un tanto pretencioso y hasta injusto, ya que se trató más de una catarsis enmarcada en un lenguaje poético, quizá como forma de contener las emociones que fluían por mi mente en ese entonces.
Recuerdo haber escuchado el disco mientras manejaba, de noche, por la ruta. Durante los poco más de veinte minutos de duración fue tal el bombardeo de imágenes y sensaciones que me llevaron a tomar una lapicera y una hoja, y como poseso escribir un texto de por sí delirante, intentado plasmar la música de la banda como si de un cuadro o una poesía se tratara. Un conglomerado que incluía influencias de Alighieri, Lovecraft y los paraísos lisérgicos de Baudelaire.
Sin embargo, tenía una deuda con ellos, y era el poder apreciar su potencial en vivo. Reputación ganada a fuerza de la trayectoria de sus integrantes y a las buenas referencias de amigos y allegados al mundo de la música. Por cuestiones geográficas, no había sido posible sentir el impacto de su música fuera del ámbito privado. Muchas veces, las distancias a las grandes capitales hacen estragos entre la necesidad y el objeto de deseo.
Los Antiguos, y todo su poderío en el escenario.
El show en el teatro 5 Sentidos de la ciudad de Mar del Plata, fue la invitación para que el equipo de Macondo Blues saliera a la ruta nuevamente para introducirse en el mundo de Los Antiguos. En un marco atípico –decoración barroca, arañas de techo con cientos de caireles, tonos salmón y obligado telón rojo-, el recinto resultó cómodo y con muy buena acústica, dando el marco para reunir a un gran número de seguidores de la banda y de la música pesada en general. 
Tras el aperitivo contundente de los locales Silverado, Hemisferia y Bona Vena el terreno quedó preparado para que se avecine el turno de Anomalía –agrupación cuyo guitarrista es, justamente, David Iapalucci de Los Antiguos y quien realizaría un esfuerzo extra tras dos sets completos sumando casi 2 horas y media sobre las tablas- y así disponer todo para dejar a Pato Larralde y compañía a cargo del plato principal. La banda sonó demoledora, con un audio brutal que golpeaba en el pecho dejando marca. La química que poseen juntos arriba del escenario potencia la propuesta. A un puñado de excelentes canciones le suman una buena puesta escénica, intérpretes de calidad y un “hambre” que contagia hasta al espectador más abúlico. Larralde por momentos parece un caudillo rebelde del interior del país, mezclando camaradería y carisma con la furia más recalcitrante. Cuando no canta, grita arengando al público que lo saluda y venera con sumo respeto, y hasta dándose el lujo de ofrecer certeras palabras de reflexión sin caer en la pedantería o en posturas dogmáticas. ¿Y qué decir del resto de los músicos? Las guitarras rebanaban el aire como una katana samurai, mientras que el bajo y la batería conforman una hermandad rítmica de infarto que mantiene un pulso firme sin fisuras a lo largo de la hora y media que dura el show. En 15 canciones repasaron toda su discografía sumando un tema nuevo que dejó expectantes a los presentes imaginando el rumbo que la banda guarda bajo la manga. “La peste del sapo”, “El sureño” y su groove machacante, “La culpa al viento” (coreada a más no poder por el público), la fuerza de “H.P.V” y el cierre a cargo del aplastante “Hecho a mi medida”, dejaron a los presentes con los oídos agotados pero con sonrisas en sus rostros.
¿Qué decir? Un gran show de una gran banda que sumado el ambiente relajado, el jolgorio, y la buena atmósfera que se respiraba confirman la hipótesis del por qué se escucha tan a menudo la frase “¿Loco, ya viste a Los Antiguos en vivo?”. Ahora, efectivamente, podemos decir que sí, y bien que valió la pena.

MATT A. HARI

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los Andes “Obras cumbres” o la quimera hecha canción.

Todo amante de la música sabe con certeza lo difícil que es escribir una buena canción. Y cuando me refiero a ello no solo hablo de pe...