Apostillas de vida (I): "Lo que me llevo de vos"

Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.
Confucio

Tubos de ensayo. Eso es lo que somos. Y en el eterno devenir de la vida, nos vamos cruzando con personas que nos influyen e influencian de tal o cual manera como si de compuestos químicos se tratara. Y esa combinación suele dejar su marca de por vida. Nunca salimos por la puerta del mismo modo que entramos. Mucho o poco, nos quedamos con cosas de la otra persona que fuimos asimilando e internalizando con el paso del tiempo. Ya no somos lo que éramos al empezar. Y tal vez, sólo tal vez, tengamos la madurez de agradecer eso que ahora late dentro nuestro y sonreiremos recordando a aquella persona que dejó por siempre una parte suya encendida en nosotros.

-RODRO MALAMORTE-

3 comentarios:

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  2. Hace muchos años, trabajaba en una editorial y tenía un jefe que me mortificaba mucho. Era una pobre persona, con una autoestima muy baja, que disfrutaba maltratando a sus subalternos para sentirse un poco menos miserable. Los sabios consejos de alguien que amé en ese momento, me hicieron ver qué él también cumplía un rol en mi vida. Su rol era enseñarme a no permitir esos maltratos y a no temerle. Cuando aprendí todo eso, así como llegó, él desapareció de mi vida. Toda la gente con la que nos cruzamos nos transforma

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    1. Todo sirve, Jacko. Como siempre, es una cuestión de perspectiva. Gracias por leer.

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