La ignorancia es una bendición (V)



La obediencia simula subordinación, lo mismo que el miedo a la policía simula honradez.
-George Bernard Shaw-
Haz lo que decimos y no hagas lo que hacemos.
-Giovanni Boccaccio-


De abril de 1995 a junio de 2004 fueron perpetrados una serie de engaños, conocidos como “Strip Search Prank Call Scam”, en la cual trabajadores de restaurantes de comida rápida en Estados Unidos recibían una llamada de alguien que decía ser oficial de policía, quien persuadía a las figuras de autoridad de los establecimientos para desnudar y abusar sexualmente de los trabajadores. El artífice obtuvo un alto nivel de éxito al persuadir a las víctimas para que realizaran actos que no hubieran realizado en circunstancias normales.
La historia puede sonar como el guión de una película, pero lamentablemente no lo es. Fue una situación real y varios años más tarde se adaptó a la pantalla grande. Irónicamente, una vez más, la realidad supera la ficción. 
Louise Ogborn fue obligada a desnudarse frente a su jefa y su pareja, por órdenes de un supuesto policía que llamó por teléfono culpándola de un robo. Durante la humillante revisión, la chica de 18 años fue humillada y obligada a realizarle sexo oral al prometido de la gerente asistente. La empleada tenía cuatro meses trabajando en la tienda de la cadena de comida rápida ubicada en Mount Washington (Kentucky, EE.UU) cuando ocurrió el incidente. A Ogborn se le acusó falsamente de robar el bolso de una clienta en 2004 y su jefa, Donna Summers, siguiendo las órdenes de un supuesto agente de la ley, se le solicitó detener a la empleada mientras la policía llegaba a arrestarla. Así fue como Summers sometió a la empleada durante tres horas, en las que fue ilegalmente privada de su libertad, ultrajada y violentada tanto física como psicológicamente. Entre las “indicaciones” figuraron el desnudar a la empleada, hacerla saltar para ver si ocultaba algo dentro de su cuerpo, revisar su cavidad vaginal y anal buscando evidencias y, finalmente, realizarle una felación a la pareja de la gerente. No fue hasta que otro empleado insistiese para que el gerente fuera llamado por teléfono, que Summers se dio cuenta que todo era una elaborada y cruel broma que, al parecer, fue demasiado lejos. El hombre que realizó la llamada no solo no era policía, sino que además llevaba alrededor de diez años haciendo bromas similares, específicamente a locales de comida rápida en zonas rurales. La única diferencia fue que nunca antes la “broma” había llegado tan lejos. Finalmente, Summers fue condenada a un año de libertad condicional, su prometido con remordimientos se declaró culpable y recibió cinco años de prisión. El falso policía y principal sospechoso de estas llamadas, David R. Stewart, fue encontrado no culpable por falta de evidencia en el único caso que ha ido a juicio hasta ahora.
Ogborn, por su parte, demandó a McDonald’s y recibió 1.1 millones de dólares en un acuerdo fuera de la corte. 

Sucesos como este relato nos hacen pensar en la conformidad de nuestra especie. Estamos acostumbrados a la comodidad –que suprime muchas veces al propio pensamiento– y a la sumisión, a trabajar en cadena respetando siempre una escala jerárquica y acatando todas y cada una de las reglas impuestas. La autoridad impone, y mucho. En otro nivel, también podemos adivinar acatamiento en el repetitivo diseño de este tipo de locales, en la comida que sirven, en el uniforme utilizado, en la sensación de estar comiendo cualquier cosa en ninguna parte y que eso no importe en lo más mínimo. Tal es la apatía que ni siquiera se expresa disconformidad. 
El sentimiento de malestar que se plantea al pensar en lo sucedido nos hace repensar si la conformidad podría transformarse en complicidad después de todo; si se nos daría por reaccionar de igual manera ante tal situación, si nos rebelaríamos ante una autoridad aparentemente probada, o, al menos, permitirnos dudar del devenir de los hechos que se nos presentan ante nuestros ojos.

Cámara de seguridad utilizada como evidencia
El film “Compliance” (Craig Zobel, 2012) revive la bizarra historia de Ogborn.

Aquí el video un breve documental donde se narran los hechos junto con el video de la cámara de seguridad utilizada como evidencia:


https://youtu.be/OQ7zl7XUcJc

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