Se lo dije alguna vez y se lo vuelvo a decir (…) sin
que se le haga complejo; no quiero darle consejos, solo mostrarle un sentir.
José Larralde
Si las personas se apersonaran
personalmente para personificar sus fantasías, no fantasearían con fantásticos
fantasios. O Si nuestras causas causaran casualidades, lo causal no causaría
hechos casuísticos, no dependeríamos de dependientes, no desearíamos deseos
diversos.
El desear no nos hace
desiderativos, es el deseo por el deseo mismo. El deseo como finalidad no tiene
fin, es infinito, más no nuestro final que finaliza y finiquita, finito.
Ser lo que se fue continúa en el
ser que somos, por ende, fue, es y será lo que deba ser y lo que, nunca llegue
a ser, por algo no hubo sido
Porque ahogar el sofoco y la
falta de aire, respirar la inspiración aspirando el suspiro, exhalando el
hálito, como el hábito de expirar aquello que nos inspira, a veces no da respiro.
Nunca supimos cómo saber lo que
los sabios saben, y de saberlo no sabríamos cómo saber aplicar nuestra
sabiduría; ergo, no se es lo se dice, se es lo que se hace.
La fantasía infinita en el deseo
del saber ser, y el tiempo, como esa ley
inapelable que corre en contra nuestro.
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